sábado, 5 de junio de 2010


-¿No cree señor, que debo esperar en el escalón de la puerta para no oír, aun sin querer, la conversación de ustedes . . . ? Las habitaciones de aquí son pequeñas.
-Buena idea. Espere en el escalón. Tome mi paraguas.
-¿Su paraguas? ¿Acaso lo merezco?
-Todo el mundo merece un paraguas.
-Con frase breve ha definido usted el mínimo de los derechos del hombre . . .

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