sábado, 5 de junio de 2010
...Alzó su brazo, largo y pesado, y con toda la fuerza de que era capaz le dio un golpe en la mejilla, el golpe fue de manera especial, no como de ordinario se entiende dar una bofetada (si así , no cabe expresarse) no con la palma de la mano, sino con todo el puño. Y el puño suyo era grande, duro, huesudo, cubierto de pecas y vello rojizo. Si el golpe hubiera alcanzado la nariz, la habría deshecho. Pero fue en la mejilla, rozando la comisura izquierda de los labios y de los dientes superiores, de los que al momento brotó sangre...
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